El mercado de valores, capitalismo y anarquía
La importancia del mercado de valores
El mercado de valores es un componente fundamental del capitalismo. En cierta ocasión Murray Rothbard le pregunto al profesor von Mises si existía un criterio definitivo para determinar si un sistema económico era socialista o no. “Un mercado de valores”, fue la respuesta de Mises:
“Un mercado de valores es crucial para la existencia del capitalismo y la propiedad privada porque eso significa que hay una función de mercado que determina el cambio de títulos de propiedad sobre los medios de producción. No puede haber propiedad privada genuina sobre el capital sin un mercado de valores. Si se le permite existir a tal mercado no puede haber socialismo” (1).
A pesar de su importancia el mercado de valores continúa siendo algo misterioso para muchos e incluso para aquellos que en otros contextos son defensores convencidos del libre mercado. En su forma más básica el mercado de valores hace referencia al mercado abstracto en donde se comercializa la propiedad de empresas:
“En el mercado de valores las personas compran y venden acciones que representan una fracción de propiedad sobre una empresa. Por ejemplo, si la Empresa XYZ está compuesta por 10.000 acciones y Joe Smith compra 1.000 acciones, entonces, en términos generales, poseerá 10 % de los activos y pasivos del balance general de dicha empresa” (2).
La clave para entender la importancia del mercado de valores y del sistema de precios está en el debate del cálculo económico. La pregunta del cálculo económico representa el núcleo del problema económico dentro de una sociedad. Su rasgo particular viene determinado por el hecho de que el conocimiento de las circunstancias sociales y económicas nunca se da de una forma centralizada, sino solamente como fragmentos dispersos que los individuos poseen por separado. En pocas palabras, la utilización de los conocimientos económicos no le es dada a nadie en su totalidad.
Las implicaciones de este hecho son fundamentales para la forma en que se da la distribución de los recursos disponibles, dado que descarta de antemano la posibilidad de sistemas de planeación centralizada. El flujo continuo de bienes y servicios se mantiene a través de ajustes constantes, de nuevas disposiciones adoptadas cada día en base a información desconocida el día anterior, de nuevas variantes y descubrimientos. Una planificación centralizada basada en información estadística no puede, por su naturaleza, dar cuenta directa de las circunstancias concretas temporales y espaciales.
Una vez aceptado el problema del cálculo económico de la sociedad surge la pregunta de cómo debe lograr ésta adaptarse a los cambios constantes de modo que resulte la asignación de recursos más eficiente posible. La respuesta debe ser, necesariamente, una forma de descentralización. La descentralización es necesaria porque únicamente así es posible asegurar el uso preciso del conocimiento de las circunstancias particulares en tiempos y espacios cambiantes. Y la respuesta es el sistema de precios. En un sistema en el que el conocimiento de los hechos relevantes se halla disperso entre varios individuos, los precios pueden actuar como medio de coordinación de las acciones individuales.
En un mercado con un sistema de precios el conjunto actúa como un organismo, no porque una persona (o el Estado) controle a los demás miembros todo el tiempo o supervise la economía, sino porque sus limitados campos de visión individuales se superponen de modo que la información relevante sea transmitida a todos. En una situación de escases, por ejemplo, no es necesario que todo el conjunto conozca con exactitud causas. El precio actúa como un mecanismo para comunicar información haciendo que automáticamente se utilicen determinadas materias primas o sus derivados con mayor moderación después del aumento respectivo en el precio causado por la disminución de la oferta.
En su entrevista con Sigmar Gabriel, Elon Musk, SEO de Tesla Motors y SpaceX, describe cómo un sistema de gobierno ideal se asemejaría más a un mercado de valores que a la democracia actual. Para él, la posibilidad de hacer valoraciones y decisiones en tiempo real es fundamental. Gracias a la revolución digital no sólo es posible valorar y conocer la cotización, minuto a minuto (en realidad hablamos de milisegundos), de una acción de una empresa dada en el mercado de valores, sino que también sería posible aplicar el mismo principio a las decisiones políticas (por ejemplo, con votos electrónicos en tiempo real). Según Musk esa forma de “democracia” directa (en contraposición a las formas de democracia representativa actual) que conecta y superpone las decisiones de millones de individuos gracias a la tecnología es lo más parecido a una forma de anarquía, en la que la sociedad actúa y decide como un mercado y no como un gobierno.
De la misma forma en que el sistema de precios y el mercado de valores permiten una asignación de recursos descentralizada, también en un sistema ácrata podríamos disfrutar de las ventajas de las formas de decisión descentralizadas y mecanismos de organización más libres a través de medios digitales. Es mucho lo que podemos aprender del mercado de valores para enriquecer los modelos gubernamentales y políticos. Por ese y otros motivos vale la pena no dejar de lado el estudio de un mecanismo tan fundamental para el capitalismo.
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(1) Murray N. Rothbard, «A Socialist Stock Market?» en Making Economic Sense (Auburn, AL: Ludwig von Mises Institute, 1995), p. 356.
(2) Robert P. Murphy, “El mercado de valores” (traducción: La bolsa para principiantes)
Buenos días o buenas noches
Mi nombre es que el que ven, mi duda era acerca si podría acceder a la información de la fecha y el autor de este artículo, gracias.
Muchas gracias y un saludo
Aparece en las referencias al final del artículo: Robert P. Murphy 2016