El toro y el oso como símbolo en bolsa
El toro y el oso son los símbolos bursátiles más reconocidos a nivel mundial. Dos figuras que representan polos opuestos, mercados alcistas y mercados bajistas, optimismo y escepticismo, boom económico y recesión. La humanidad gusta de dualismos, de dividir al mundo en fuerzas contrarias para hacer más entendible el caos y los fenómenos externos. Esa tendencia está tan presente en la economía como en la religión, la filosofía o la política. El puesto que en otros sistemas ocupan el bien y el mal, el caos y el orden, la izquierda y la derecha, lo ocupan en el mercado de valores estas dos bestias, el toro y el oso.
Los papeles están claramente divididos: el toro representa los buenos tiempo, periodos de recuperación y auge económicos. Las cotizaciones se disparan, las inversiones aumentan. Otros factores macro y microeconómicos como el número de desempleados, los índices de confianza y consumo se muestran amables. El oso, por el contrario, es su contraparte, el antagonista que encarna la cara menos grata de la moneda del ciclo económico, recesión y depresión, donde los activos financieros de desvalorizan (por lo menos formalmente). Muchos, inseguros, intentan vender realizando perdidas.
Toro y oso, el origen del símbolo más conocido de la bolsa
La bolsa, entendida como un lugar para el comercio de valores, existe desde hace siglos. Y con ella los periodos de auge y crisis, de mercados al alza o crash financiero. Uno de los primeros ejemplos históricos es la así llamada tulpomanía en el siglo XVII, cuando la euforia especulativa y la enorme demanda de bulbos de tulipán en los Países Bajos dispararon los precios. Algunos bulbos de tulipán llegaron a vencerse por un precio equivalente a 24 toneladas de trigo. Tal burbuja económica condujo al primer crash de la historia y constituye uno de los primeros fenómenos especulativos masivos. De modo que, si términos como coyuntura y recesión ya eran un concepto en el conocimiento colectivo desde hace siglos, es de esperar que símbolos como el oso y el toro también tengan su origen en esas épocas.
Por ese motivo, es bastante difícil determinar los orígenes verdaderos de toro y oso como figuras. Una te la teoría más común afirma que el dualismo del oso y el toro en la bolsa tienen su origen en un escritor de origen hispánico que visito Ámsterdam. Sus observaciones de los movimientos bursátiles le recordaron ciertas variaciones de las corridas de toros que el mismo también había presenciado. En estas se habría puesto a combatir, al mejor estilo de los coliseos en la roma antigua, a toros y osos. Lo que le hizo relacionar ambos escenarios fueron las alzas y bajas en los valores, semejantes a las diferentes estrategias de lucha del toro y el oso. Un enorme oso ataca con sus fuertes garras desde arriba, parándose por lo general en sus dos patas traseras para dar potencia a sus envestidas. Un otro, por otra parte, suelen mantener la cabeza baja para atacar con sus cuernos con movimientos ascendentes muy rápidos.
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Hay otra teoría que también se remite siglos en el pasado. En la Inglaterra del siglo XVII era común por parte de los especuladores la venta de acciones que no se poseían. Éstos buscaban así desatar ventas por parte de algunos inversores y generar caídas en las cotizaciones. Su accionar se asoció a la expresión popular “Don´t sell the bear’s fur before hunting it” (no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo) lo que a su vez transformo rápidamente al oso en un símbolo de cotizaciones a la baja. El toro tomo la figura de su contraparte también en el contexto de las corridas de toros en las que eran involucrados otro tipo de animales, entre ellos, los osos, y que también eran habituales en Inglaterra.
El ambiente en la bolsa y las cotizaciones: el toro y el oso
«A corto plazo el mercado de acciones se comporta como una máquina de votar, pero a largo plazo actúa como una báscula».
Benjamin Graham
Los términos mercado alcista o bull market trend y mercado bajista o bear market trend no sólo describen las tendencias visibles en las gráficas de las cotizaciones que se pueden ver en la pantalla de un computador, sino también el estado de ánimo general de los participantes en el mercado de valores. En pocas palabras, el toro y el oso también pueden simbolizar el optimismo y el pesimismo.
Debemos desarrollar estrategias coherentes sobre cómo actuar en bolsa. Para los inversores a largo plazo, las variaciones a corto plazo en las cotizaciones no representan algo realmente importante, pero pueden señalizar cuándo es el mejor momento para comprar. Buffett recomienda comprar acciones de calidad cuando su precio momentáneo es inferior a su valor intrínseco. También Kostolany recomienda ser “valiente cuando los demás actúan con miedo, y ser prudentes cuando los demás son valientes”. Es decir, se críticos con las tendencias masivas. El toro y el oso pueden ser tus amigos, pero también tus enemigos. Todo depende de tu estrategia.